Poder dedicar tiempo de calidad a tu familia cuando trabajas puede ser complicado.

Más del 70% de los españoles asegura que estaría dispuesto a dejar su trabajo para poder dedicarse a sus hijos.

¿Qué te impide conciliar vida laboral y personal?

¿Te pones tú también estas excusas para seguir siendo infeliz con tu trabajo?

Pasarte la vida haciendo un trabajo que no te llena o por el cuál no te sientes recompensada, con compañeros con los que no congenias, con jefes que no empatizan, en una empresa con la que no compartes valores, supuestas amistades con las que nada te une,… puede convertirse en toda una tortura. 

Te levantas por la mañana sin ganas de ir a trabajar. Sin ilusión. Sin motivación. Esta situación, a la larga, puede pasar factura a tu salud tanto física como emocional. 

¿De verdad quieres seguir así?

Hay determinadas épocas del año en las que nos encanta disfrazarnos y representar un personaje. Podemos vivir otras vidas y ser otras personas totalmente distintas a la que somos en realidad. Es divertido. Esconderte detrás de una máscara te da una sensación de extraño poder amparado en el anonimato.

¿Y tú? ¿A cuántos personajes representas? ¿Con qué máscara te vistes diariamente?

Todos tenemos miedo en alguna ocasión.

Cuando era niña tenía miedo de que un monstruo se escondiese debajo de mi cama y me atacase mientras dormía. Mi imaginación era desbordante y ese miedo me hacía mirar siempre debajo de la cama y dentro del armario, antes de dormirme.

Es probable que a ti te ocurriese algo parecido. Hay una etapa infantil en la que es habitual tener ese tipo de miedos.

Pero, ¿y de adulta? ¿De qué tienes miedo?

Si tienes una ilusión con un objetivo claro y estas dispuesta a luchar por conseguirlo, no dejes que nada te frene. Recuerda que la intención sin acción se queda únicamente en ilusión.

Así que reacciona y ¡muévete!.

A la mayoría de las personas les cuesta identificar sus emociones. Hemos crecido en una sociedad en la que no estaba bien visto expresar las emociones públicamente, así que hemos aprendido a reprimirlas. Pero reprimir las emociones tiene un precio.

¿Te imaginas no tener que trabajar nunca? ¿Disfrutar cada día de lo que haces? ¿Vivir de lo que te gusta?

Eso es la vocación. Es el deseo de tener una profesión y no un trabajo.

Cuando tomas la decisión de iniciar un proyecto propio, te surgen muchas dudas sobre cómo realizarlo pero, también, te invaden una serie de emociones que hay que saber gestionar. 

Emprender tiene muchas ventajas pero no hay que olvidarse de los puntos menos ventajosos y que, algunas veces, pueden llegar a superarte. 

En este episodio te lo cuento. 

 ¿Dónde se han ido las ilusiones que tenías de niña? ¿Por qué te sientes como una adulta gris, sin ilusión, sin motivación? ¿Quién te ha robado tus sueños?